Hoy una vez más mis estructuras han vuelto a caer; todo aquello que he creído de mí mismo ha estado terriblemente débil en las últimas semanas; ya no hay semana en la que no se caiga todo, semana en la que no tenga que replantearme todo.

Hace una semana creí que podría ser la última vez; hasta empecé a sentir un poco de paz en mi interior, creí que era la definitiva; pero eso ha empezado a caer desde ayer. Conocer su testimonio me ha movido profundamente, ha hecho que una vez más tenga que replantearme absolutamente toda mi vida.

Nuevamente me siento sin rumbo, sin saber qué voy a hacer con mi vida; es la situación que se viene repitiendo frecuentemente desde hace varios meses; aún más intensamente en las últimas semanas. ¿Qué pasa? ¿Qué está pasando con mi vida? ¿Qué voy a hacer de mí? ¿Dónde voy a ir a parar? Estas y muchas otras interrogantes me las planteo todos los días y no encuentro una sóla respuesta que me satisfaga.

En mi cabeza sólo hay un océano de dudas, un tempestuoso mar de conflictos internos, un huracán de emociones, una serie de fenómenos que atentan contra la tranquilidad y la estabilidad en la que he vivido en los últimos años; ahora siento como si un terremoto estuviera pasando por mí vida y quisiera volver a moldear el continente en que mi vida está afianzada. ¿Qué hacer? La mayor pregunta; y en este momento sólo tiene una respuesta: “No tengo idea”.

Mi interior se derrumba cada vez que estas dudas me asaltan, la estabilidad emocional se va de paseo con la paz interior y me dejan como anfitriones en el cerebro a la duda, la desesperación y otras emociones nada gratas para una persona que intenta ser madura.