Me subí al bus y por el calor la reacción inmediata fue abrir la ventana. Cuando me dispongo a hacerlo, veo una mariposa aparentemente prensada en el canal de la ventana, estaba tan cómoda y quieta que hasta llegué a dudar que estuviera viva. Cuando empecé a abrir la ventana, por supuesto que la incomodé y tuvo que salir de su zona de confort, y agitando sus alas salió volando libre por esa ventana que se acababa de abrir ante ella.

Me quedé pensando en cuanto nos parecemos a veces a esa mariposa:

• podemos no estar en las mejores condiciones pero creemos que por sólo estar vivos estamos bien y no intentamos salir de la zona de confort.

• ante nosotros tenemos una ventana cerrada y nos quedamos mirandola sin ver alrededor donde posiblemente hayan muchas ventanas más que están abiertas.

• para que la ventana se pueda abrir, puede que nos duela o nos incomode un poco, después de todo es un cambio en la vida que no esperábamos. Este es justo el momento para no rendirse, para luchar por lo que deseamos alcanzar

• ya con la ventana abierta intentamos salir volando libres hacia el nuevo mundo que acaba de aparecer ante nosotros, ella lo logró a la primera; a nosotros a veces nos cuesta un poco más, pero lo importante es poder volver a intentarlo, recordar siempre que nadie dijo que fuera fácil, pero que con esfuerzo se puedes lograr.

Ánimos!!!