Pensamiento al respecto del sacerdote que atropelló a un joven en Alajuela
Ya que está de mierda el tema (ups, de moda. Es culpa del autocorrector ;)), quiero referirme al respecto. Antes, un pequeño disclaimer: soy católico; no obstante intentaré dejar el posible sesgo de lado.
Usualmente no veo noticias; sin embargo, cada vez que tengo la desgracia de verlas (porque estoy trabajando desde mi casa o algo así); en cinco minutos o menos mi mente recuerda porque era tan feliz sin ver noticias.
En estos días ha sido el turno del sacerdote alajuelense quien en presunto estado de ebriedad atropelló y mató a una persona. Mientras veía la noticia y oía a la madre de la víctima expresarse llena de dolor me surgía una pregunta: ¿qué tienen en la cabeza nuestros periodistas para entrevistar a una persona que está pasando tanto dolor? ¿Es que acaso es más importante vender sin importar el dolor que están padeciendo?
Ahora, volviendo a la otra parte; esa persona (por un rato dejaré de referirme a él como sacerdote); como cualquier persona que nunca ha matado a sangre fría experimenta muchos sentimientos al saber que por su comportamiento se perdió una vida; ya es mucho lo que de por sí está sufriendo como para que los medios lo sigan atacando. Pero por supuesto; esto a nadie le importa, y como por su investidura sacerdotal se le considera figura pública y más aún, representante de la Iglesia Católica (a quien obvio hay que desacreditar), hay que atacar con todas las fuerzas que se tengan.
En nuestro país han sido muchas las muertes en carretera por homicidio culposo; sin embargo, en los últimos tiempos esta quizás ha sido la más sonada; y ¿por qué? ¿Por la víctima? No, porque atacar al responsable vende y vende mucho.
Volviendo a su posición como sacerdote; en una muy interesante dinámica de Noticias Repretel, donde entrevistó a varias personas pidiéndoles una opinión al respecto (aka. despotriquen contra todo); se evidenció claramente como la gente aún no comprende como un sacerdote sigue siendo un HUMANO, y que como tal puede cometer errores.
No conozco a ninguna de las dos partes involucradas, pero a la familia de la víctima le deseo que puedan pronto encontrar el consuelo, la paz y la resignación necesarias para afrontar esta pérdida; y al sacerdote involucrado, fortaleza para enfrentar el proceso, y sobretodo para sobreponerse a la crítica masiva y a la propia alma que estoy seguro le duele cada minuto en arrepentimiento por lo ocurrido.
Notas al margen:
- Ojo que nunca defendí ni intenté justificar la conducta del responsable.
- Siendo yo un completo ajeno a la situación me disculpo si pisé terreno indebido.