Hágalo por Convicción
“No lo haga por una ley, hágalo por convicción y educación” decía el bus al que me subí hoy en relación con los asientos preferenciales, y eso me llamó poderosamente la atención.
Cuántas cosas día tras día hacemos (o dejamos de hacer) solamente por una ley o porque alguna institución nos dice que hay que hacer (o dejar de hacer)? Cuánto mejor sería que nos lo creamos y verdaderamente lo hagamos por convicción? Cuánto avanzaría este mundo hacia una sociedad más justa si todos creyéramos en lo que hacemos, si todos amáramos lo que hacemos y no lo hiciéramos como simples máquinas sólo para cumplir órdenes?
Creo verdaderamente que el primer gran beneficio de trabajar por convicción propia es personal: es la alegría, es la felicidad de amar lo que se hace; y eso es de las mejores cosas que te pueden ocurrir.
Convicción y no obligación, buscale un sentido a lo que hacés y empezá a amarlo (si aún no lo hacés) y cada día serás un poco más feliz.